miércoles, 22 de septiembre de 2010

Suspicacias

Otro emblema, otro cantar repentino y otra vuelta de tuerca al sincopado eterno de sus luces brillantes, resplandecientes. Largas bocanadas de acordes, uno tras otro hemos vivenciado ya, por estas latitudes, a estas alturas.

Parece haber trascendido su semántica tácita.. algo así como una actitud hacia la vida; y la excelentísima cualidad del no olvido. Hacia el género musical que... representa? Sea como fuere, lo interesante es que lo hará mientras el mundo palpite.

Una habitación repleta de instrumentos sin disposiciones a drede. La constante perpetua de nuestras inconclusas conclusiones artísticas. Tienen su fin donde comienza el próximo renglon, el subsiguiente pentagrama.

Así hemos visto pasar atardeceres de mimbre
y un entretejido tentador como el mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario